aveces los colores de las palabras dicen más que el sonido mismo



cualquier ficha podía ser la equivocada,
y esperamos con cierta esperanza de corte infantil dar con con aquella que llene con su movimiento... qué energía tan postrada, tan vana, depositada en la espera,
¿qué haces aquí? y parece que una flor es capaz de responder a saltos, así como la tristeza eterna que el mar transmite los días grises, así como las noticias que gritan sensacionalismo, así como el sin fin de atentados entre humanos, contra el universo... ¿Qué haces aquí? Pero no solo hay grises, y "no hay peor muerte que la de estar vivo sin así quererlo", sin dar un paso a gusto con nuestros pies, pues hay pasos que vienen de antes, pero los damos firmes entre tanta tensión...Es posible no estar seguro de nuestro permiso a reír, más cuando cargamos con la historia a cuestas, una historia cruda, pero llena de atardeceres. ¿Cómo es posible esa belleza feroz, esa alegría un tanto culposa? Cuanta contradicción en mis labios, en mis manos, en mi ser, en nuestra existencia, nuestro compartir... Cuan sublime el sonido que se fue, como el que aparece sin ser esperado. Cuanto horror pueden aguantar las palabras más dulces que algunas vez han hecho eco en nosotros, cuánto miedo cargaremos hasta dejar salir ese niño inquieto de vivir, curioso de aire, tiernamente fugaz, cuánto cielo, cuántas aves... ¿Qué haces aquí si no es sentir cada día como si fuese el primero, si no es sentirte tan frágil como casi no recuerdas llegaste una vez, si no es suspirar las ansias, el coraje, el amor, y volverlo realidad...? ¿Qué haces aquí si no es hacer vida a través de la vida?

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