Entonces tengo ganas de verte...

Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren

Benedetti





Es la segunda vez que restos de cenizas de tabaco me decoran las manos, microscópicas marcas, apenas yo puedo sentirlas por la psicosis que me genera el mareo que sola me creo... marquitas pequeñas, casi imperceptibles, en forma de foto, café o algún mensaje de texto, en forma de libro, de sol o de sueño, vienen a su gusto (y el mío), me deleito. Me pregunto si quisieras seguir corriendo, pero me pierdo en un sublime beso de luna. Me pregunto mucho, poco importa si respondo, por ahora me pierdo, me pierdo a gusto, para encontrarme de nuevo, con soltura, sin prisa, tal vez con menos ganas de seguir en lo que estoy, con seguir en lo que soy, pero con ánimos de sentir que camino, si corro o no es cuestión del momento, del gusto que le suelo agarrar a sentir viento enredar mi cabello, a sentirme viva en movimiento. Así que... bueno, “volando vengo, volando voy“, eso sí, a vos... a vos te llevo conmigo.

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